Pérdida de Audición: Qué es, síntomas, tratamientos y causas

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Pérdida de Audición: Qué es, síntomas, tratamientos y causas
20/08

Pérdida de Audición: Qué es, síntomas, tratamientos y causas

La pérdida de audición, también conocida como sordera o discapacidad auditiva, es la disminución de la capacidad de oír sonidos. Puede variar desde una leve dificultad para comprender conversaciones en entornos ruidosos hasta una total incapacidad para oír. La pérdida de audición puede afectar uno o ambos oídos y puede ser temporal o permanente según la causa.
Hay tres tipos principales de pérdida auditiva:
Conducción: Ocurre cuando hay problemas en el oído externo o medio, impidiendo que el sonido se conduzca correctamente al oído interno. Las causas comunes incluyen infecciones de oído, acumulación de cerumen, tímpano perforado o problemas de huesecillos.

Sensorineural: Resulta del daño a las células ciliadas del oído interno o del nervio auditivo, encargadas de convertir las ondas sonoras en señales eléctricas enviadas al cerebro. Puede ser causada por la exposición a ruidos intensos, el envejecimiento, enfermedades, el uso de ciertos medicamentos o factores genéticos.

Mixto: Combina elementos de conducción y pérdida auditiva neurosensorial, es decir, hay problemas tanto en el oído externo o medio como en el oído interno o nervio auditivo.

Causas de la pérdida auditiva

La pérdida de audición puede ser causada por una amplia gama de factores que afectan diferentes partes del sistema auditivo. Estas causas se pueden agrupar en categorías como genéticas, ambientales, relacionadas con la salud y relacionadas con la edad. Estas son algunas de las causas más comunes de pérdida auditiva:

Exposición a ruidos fuertes: la exposición prolongada o repetida a ruidos fuertes, ya sea en el trabajo, en eventos musicales, mediante el uso de auriculares a alto volumen u otras fuentes de sonido intenso, puede dañar las células ciliadas del oído interno, lo que lleva a la audición neurosensorial. pérdida.

Envejecimiento: el envejecimiento natural puede provocar la degeneración de las estructuras del oído interno y los nervios auditivos, lo que resulta en presbiacusia, un tipo común de pérdida auditiva neurosensorial que ocurre gradualmente con la edad.

Infecciones del oído: Las infecciones del oído medio (otitis media) o del oído interno (laberintitis) pueden causar pérdida auditiva temporal o permanente, según la gravedad de la infección y la respuesta al tratamiento.

Acumulación de cerumen: La acumulación excesiva de cerumen en el oído puede bloquear el canal auditivo, provocando una pérdida auditiva conductiva temporal que puede tratarse fácilmente quitando el cerumen.

Traumatismos o lesiones en la cabeza: Las lesiones en la cabeza o las lesiones que afectan el oído interno o el cerebro pueden provocar pérdida de audición, tanto de conducción como neurosensorial.

Uso de ciertos medicamentos: algunos medicamentos, conocidos como ototóxicos, pueden dañar el oído interno y provocar pérdida de audición. Esto incluye ciertos antibióticos, medicamentos de quimioterapia y medicamentos antiinflamatorios no esteroides.

Enfermedades: Condiciones médicas como la otosclerosis (crecimiento anormal de los huesos en el oído medio), enfermedades autoinmunes que afectan el oído, meningitis, sarampión y paperas pueden causar pérdida de audición.

Factores genéticos: algunas personas heredan genes que las hacen más susceptibles a la pérdida auditiva, ya sea que estén presentes desde el nacimiento o se desarrollen a lo largo de la vida.

Malformaciones del oído: Las anomalías en la estructura del oído externo, medio o interno, presentes desde el nacimiento, pueden provocar pérdida de audición.

Identificar la causa específica de la pérdida auditiva es crucial para determinar el tratamiento más adecuado. Por lo tanto, es importante acudir a la evaluación de un especialista si sospecha de pérdida auditiva, para que pueda investigar la causa y comenzar el tratamiento adecuado lo más rápido posible.

¿Cómo medir la pérdida auditiva?

La medición de la pérdida auditiva es un proceso que llevan a cabo profesionales sanitarios especializados, como los audiólogos, mediante una serie de pruebas audiológicas. Estas pruebas ayudan a determinar el grado de pérdida auditiva, identificar la parte del sistema auditivo afectada y orientar las opciones de tratamiento más adecuadas. Estos son algunos de los métodos más comunes utilizados para medir la pérdida auditiva:

Audiometría tonal
Esta es la prueba más común para evaluar la audición. El paciente es expuesto a una serie de tonos puros a diferentes frecuencias y volúmenes a través de unos auriculares. El objetivo es determinar el nivel sonoro más bajo que una persona puede escuchar en cada frecuencia. Los resultados se representan en un audiograma, que es un gráfico que muestra los umbrales de audición en diferentes frecuencias para cada oído.
Audiometría vocal
En esta prueba, se pide al paciente que repita una serie de palabras pronunciadas en diferentes volúmenes para evaluar la capacidad de comprender el habla en diferentes niveles de intensidad del sonido. Esto ayuda a determinar el impacto de la pérdida auditiva en la comprensión del habla.
Inmitantiometría
Esta prueba evalúa la función del oído medio midiendo la movilidad del tímpano y la conducción ósea. Es útil para identificar problemas como otitis media, perforación del tímpano y disfunción de la trompa de Eustaquio.
Otoemisiones acústicas (OEA)
Los OAS son sonidos generados por las células ciliadas del oído interno en respuesta a estímulos sonoros. La ausencia de estas emisiones puede indicar daño a las células ciliadas y, por tanto, pérdida auditiva neurosensorial.
Potenciales evocados auditivos del tronco encefálico (BAEP)
Esta prueba mide la actividad eléctrica en el cerebro en respuesta a los sonidos. Es útil para evaluar la vía auditiva hacia el tronco del encéfalo y puede ser particularmente valioso para evaluar la audición en bebés y niños pequeños o en personas que no pueden responder a las pruebas audiológicas convencionales.

Tras la evaluación, la pérdida auditiva se clasifica según su grado (leve, moderada, grave o profunda) y tipo (de conducción, neurosensorial o mixta). En base a estos resultados, el profesional de la salud puede recomendar las mejores opciones de tratamiento, que pueden incluir audífonos , implantes cocleares, intervenciones médicas o quirúrgicas y terapias de rehabilitación auditiva .

Es importante resaltar que la detección y el tratamiento tempranos de la pérdida auditiva pueden mejorar significativamente la calidad de vida de un individuo, facilitando la comunicación y reduciendo el impacto social y emocional de la pérdida auditiva.

Prevención y tratamiento de la pérdida auditiva

Prevención de la pérdida auditiva
Proteja sus oídos de ruidos fuertes: use tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido en ambientes ruidosos.
Mantenga el volumen seguro: cuando use auriculares, siga la regla 60/60.
Evite insertar objetos en los oídos: el uso de varillas flexibles u otros objetos puede provocar obstrucciones o daños en el tímpano.
Cuida tu salud general: Enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial pueden afectar tu audición. Mantenerlos bajo control es importante.
Hágase exámenes de audición periódicos: los chequeos periódicos pueden detectar cualquier deterioro de la audición de forma temprana.
Tratamiento para la pérdida auditiva
Audífonos: Dispositivos que amplifican los sonidos y ayudan a las personas con pérdida auditiva a oír mejor.
Implantes cocleares: para casos graves, pueden ser una opción. Estimulan directamente el nervio auditivo.
Terapia de Rehabilitación Auditiva: Programas que mejoran las habilidades de comunicación y adaptación a dispositivos auditivos.
Tratamiento Médico o Quirúrgico: En casos causados ​​por infecciones o anomalías estructurales, estos pueden ser efectivos.
Protección Auditiva Personalizada: Para profesionales expuestos a ruidos intensos, se recomienda.
La clave para afrontar la pérdida auditiva es la prevención y la intervención temprana. Busque la evaluación de un profesional de la salud auditiva si sospecha una disminución en la capacidad auditiva. Con los enfoques correctos es posible tener una vida activa y satisfactoria.


Mitos y verdades sobre la pérdida auditiva

Mitos sobre la pérdida auditiva
Mito: La pérdida de audición sólo afecta a las personas mayores.
Verdad: Puede afectar a personas de todas las edades, debido a varios factores.
Mito: Hablar más alto es suficiente para comunicarse con quienes tienen pérdida auditiva.
Verdad: La comunicación eficaz implica hablar con claridad, utilizar el lenguaje corporal y garantizar la visibilidad facial.
Mito: La pérdida de audición es reversible con medicamentos o cirugía.
Verdad: la mayoría de los casos de pérdida auditiva neurosensorial son permanentes, pero los audífonos o los implantes cocleares pueden mejorar la audición.
Verdades sobre la pérdida auditiva
Verdad: la exposición a ruidos fuertes puede provocar pérdida de audición.
Hecho: Los sonidos superiores a 85 decibeles pueden dañar las células ciliadas del oído interno.
Verdad: la pérdida de audición puede afectar la calidad de vida.
Realidad: Puede provocar aislamiento social, depresión y deterioro cognitivo, pero el tratamiento puede mejorar la calidad de vida.
Verdad: Los audífonos pueden mejorar significativamente la audición.
Hecho: Son eficaces y personalizables, y mejoran la capacidad de oír y comprender los sonidos y el habla.

Disipar los mitos y reconocer las verdades sobre la pérdida auditiva es fundamental para buscar ayuda y tratamiento adecuados, así como para adoptar prácticas de protección auditiva.