Pérdida repentina de visión en un ojo: qué hacer de inmediato
La pérdida repentina de visión en un ojo es una emergencia médica que a menudo se subestima. Muchas personas tienden a esperar que el síntoma desaparezca por sí solo, creyendo que se debe al cansancio o a algo pasajero. Sin embargo, puede tratarse de una situación grave que requiere atención médica inmediata. Reconocer los síntomas y actuar con rapidez puede marcar la diferencia entre una recuperación total o una pérdida visual permanente.
¿Por qué puede ocurrir una pérdida repentina de visión?
Existen diversas causas que pueden provocar una pérdida súbita de visión. Entre las más frecuentes se encuentran el desprendimiento de retina, la oclusión de la arteria central de la retina, la neuritis óptica, el glaucoma agudo o una hemorragia intraocular. Todas estas condiciones requieren un diagnóstico inmediato y tratamiento específico.
Algunos factores de riesgo aumentan las probabilidades de que ocurra este tipo de evento, como la hipertensión arterial, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, tabaquismo, edad avanzada o antecedentes familiares de enfermedades oculares. Un traumatismo reciente también puede desencadenar este síntoma.
¿Cuáles son los signos asociados que deben alertar?
Además de la pérdida visual, otros síntomas pueden servir como señales de advertencia. Entre ellos se incluyen la aparición de un velo oscuro, destellos de luz, moscas volantes, visión borrosa o la sensación de tener un "telón" cubriendo el ojo. En algunos casos también se presenta dolor ocular, náuseas o dolor de cabeza.
Estos síntomas no deben ignorarse. Incluso si desaparecen al poco tiempo, es fundamental acudir a un especialista para prevenir complicaciones más graves.
¿Qué hacer de inmediato?
Ante una pérdida súbita de visión en un ojo, lo más importante es no esperar. Nunca se debe asumir que el problema desaparecerá solo. Cada minuto cuenta, especialmente en casos de oclusiones vasculares o desprendimientos de retina.
Se recomienda acudir de inmediato a un oftalmólogo o al servicio de urgencias más cercano. Si no es posible, es fundamental contactar con emergencias médicas para recibir orientación inmediata.
¿Qué exámenes se realizan?
Para identificar la causa de la pérdida de visión, el oftalmólogo puede realizar una serie de pruebas como el fondo de ojo, una tomografía de coherencia óptica (OCT), medición de la presión intraocular, y en algunos casos, una resonancia magnética o un escáner. Estos exámenes son clave para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Tratamientos posibles según la causa
El tratamiento depende de la causa identificada. En caso de desprendimiento de retina, suele requerirse una cirugía urgente. Si se trata de una oclusión arterial, pueden administrarse medicamentos anticoagulantes o trombolíticos. Para la neuritis óptica, es común el uso de corticoides, y en el caso del glaucoma agudo, el tratamiento busca reducir rápidamente la presión ocular mediante láser, drenaje o fármacos.
Cuanto más temprano se actúe, mayores son las probabilidades de recuperación.
7. Conclusión
La pérdida repentina de visión nunca debe considerarse algo menor. Aunque en algunos casos puede ser reversible, actuar con rapidez es crucial para preservar la salud visual. Estar informado y saber cómo actuar ante estos síntomas puede prevenir consecuencias irreversibles.
Si experimentas una pérdida súbita de visión, incluso si parece leve, no la ignores. Agenda una consulta urgente con un especialista en oftalmología de la Clínica Consulta a través de https://www.clinicaconsulta.com.mx, y recibe un diagnóstico profesional de manera rápida y segura.